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martes, 29 de septiembre de 2009

Más cambios en la perspectiva

visto en el blog de Roberto Balaguer Vidas conect@das.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Cambios en la perspectiva

martes, 7 de abril de 2009

Los pobres y el oximoron


Vamos, vamos, cálmate, ya sabes que los pobres gritan, es una de sus características, una invariable histórica y geográfica, gritan desde siempre y en todo el mundo, y gritan más cuanto más rodeados están de pobres, los pobres, porque ellos también gritan, para hacerse oír, ¿comprendes? Los pobres tienen los tabiques finos. Y sueltan muchos tacos, es cierto, pero sin mala intención, tranquilízate, y cuanto más hacia el sur baja la pobreza, más sexuales son los tacos y más religiosos, o ambas cosas a la vez, pero naturalmente, por así decirlo, porque no te has cruzado en su camino para explicarles que eso está mal.

Mira, ya en mi infancia, los pobres de mi aldea decían «La puta Virgen!», no paraban de decir «¡La puta Virgen!», el «Porca madonna» de los pobres llegados del gran Sur italiano, y sin embargo nada le reprochaban a la puta del sábado por la noche ni a la Virgen María del domingo por la mañana, era un modo de hablar, cuando se daban un martillazo en los dedos, ¡eso es todo! Un martillazo en el índice y, hala, un pequeño oxímoron:«¡La puta Virgen!»... ¿Sabías que los pobres practican el oxímoron? ¡Pues sí! ¡Es algo en común entre nosotros, ya ves! Nosotros el bolígrafo, ellos el martillo, pero juntos el oximoron. Alentador, ¿no? A ti, que tanto temes que la oleada de su jerga barra todas las sutilezas de nuestra lengua, eso debería tranquilizarte.

¡Ah!, quería decirte también que no tengas miedo de su jerga. La jerga del pobre de hoy es el argot del pobre de ayer, ¡ni más ni menos! Los pobres hablan en argot desde siempre. ¿Sabes por qué? Para hacer creer al rico que tienen algo que ocultarle. No tienen nada que ocultar, claro está, son demasiado pobres, sólo unos pequeños trapicheos por aquí y por allá, naderías, pero quieren hacer creer que ocultan todo un mundo, un universo que nos está prohibido, y tan vasto que sería necesaria toda una lengua para expresarlo. Pero no hay mundo, claro está, y no hay lengua. Sólo un pequeño léxico de connivencia para mantenerse calentito, para camuflar la desesperación. No es una lengua el argot, apenas es un vocabulario, porque su gramática, la de los pobres, es la nuestra, aunque reducida al mínimo, es cierto: sujeto, verbo, complemento, pero la nuestra, la tuya, tranquilízate, tu gramática francesa, nuestra gramática; los pobres necesitan nuestra gramática para comprenderse entre sí.

Queda el vocabulario, claro está, el de esos jóvenes del enésimo círculo, un vocabulario que tú consideras de una pobreza insigne (y visto desde tu altura seguro que es así), pero tranquilízate también a ese respecto, el léxico de los pobres es tan pobre que la mayoría de las palabras se las lleva muy pronto el viento de la historia, briznas, briznas, muy poco pensamiento para lastrarlas... Casi ninguna se posa en las páginas del diccionario: «pava», «pasma», «polla», por ejemplo, para esos jóvenes de hoy; es todo lo que he encontrado, he buscado por encima, todo hay que decirlo, menos de un cuarto de hora, pero sólo he encontrado «pava», «pasma», «polla» en el diccionario, eso es todo, ya ves, no es gran cosa, tres palabritas muy comunes que desaparecerán una vez vuelta la página de la época; los diccionarios sólo garantizan una pizca de eternidad...

Una última palabra para tranquilizarte plenamente: ve a correos, abre la puerta de tu ayuntamiento, toma el metro, entra en un museo o en una oficina de la Seguridad Social, y ya verás, ya verás, sentados detrás de la ventanilla te recibirán la madre, el padre, el hermano o la hermana mayores de esos jóvenes de lenguaje deplorable. 0 haz como yo, ponte enfermo, despierta en el hospital y reconocerás el acento del joven enfermero que empuje tu camilla hacia la sala de operaciones:

-¡Tranqui, tío, que estos pavos controlan!



De Mal de Escuela / Daniel Pennac. Editorial Mondadori. Barcelona 2008. (Los subrayados son míos)

Fuente de la imagen: Editorial Mondadori

miércoles, 1 de abril de 2009

El absurdo como escudo




-¿Por qué dices que alcaldía es un verbo? -¡Porque termina en ía!
-¿Y cómo será el infinitivo?
-¿... ?
-¡Venga, vamos! ¿Cómo es el infinitivo? ¿Un verbo de la tercera conjugación? ¿El verbo alcaldir? ¿Yo alcaldío, tú alcaldías, él alcaldia?
La respuesta absurda se distingue de la errónea en que no procede de ningún intento de razonamiento. Suele ser automática, se limita a un acto reflejo. El alumno no comete un error, responde cualquier cosa a partir e un indicio cualquiera (aquí la terminación ía). No responde a la pregunta que se le hace, sino al hecho de que se la hagan. ¿Esperan de él una respuesta? Pues la da. Acertada, errónea, absurda, no importa. Por lo demás, en los comienzos de su vida escolar pensaba que la regla del juego consistía en responder por responder, brincaba de su silla levantando el dedo y vibrante de impaciencia: «Yo, yo, señorita, ¡lo sé! ¡Lo sé!» (¡existo!, ¡existo!) y respondía cualquier cosa. Pero nos adaptamos muy pronto. Sabemos que el profesor espera de nosotros una respuesta acertada. Y resulta que no la tenemos en el almacén. Ni siquiera una errónea. No tenemos ni idea de lo que hay que responder. Apenas si hemos comprendido la pregunta que nos hacen. ¿Puedo confesárselo a mi profe? ¿Puedo decidirme por el silencio? No. Mejor será responder cualquier cosa. Con ingenuidad, si es posible. ¿No he acertado, señor? Crea que lo lamento. Lo he intentado y he fallado, eso es todo, póngame un cero y sigamos siendo amigos. La respuesta absurda constituye la diplomática confesión de una ignorancia que, a pesar de todo, intenta mantener un vínculo. Naturalmente, puede expresar también un acto de rebelión tipificado: me toca las narices, este profe, poniéndome entre la espada y la pared. ¿Acaso yo le hago preguntas?

En todos los casos posibles, evaluar esta respuesta -corrigiendo un examen escrito, por ejemplo- es acceder a evaluar cualquier cosa y por consiguiente cometer uno mismo un acto pedagógicamente absurdo. Aquí alumno y profesor manifiestan más o menos conscientemente el mismo deseo: la eliminación simbólica del otro. Al responder cualquier cosa a a pregunta que mi profesor me hace, dejo de considerarle como un profesor, se convierte en un adulto al que cortejo o al que elimino por medio del absurdo. Al aceptar tomar por erróneas las respuestas absurdas de mi alumno, dejo de considerarle un alumno, se convierte en un sujeto fuera de contexto al que relego al limbo del cero perpetuo. Pero al hacerlo, me anulo a mí mismo como profesor; mi función pedagógica cesa ante esa chica o ese chico que, a mi modo de ver, se niegan a desempeñar su papel de alumno. Cuando tenga que rellenar su boletín escolar, siempre podré alegar que les falta base. ¿No carece por completo de base un alumno que confunde el sustantivo «alcaldía» con un verbo de la tercera conjugación? Sin duda. Pero un profesor que finge considerar como errónea una respuesta tan manifiestamente absurda, ¿no haría mejor dedicándose también a un juego de azar? Al menos sólo perdería su dinero, y no se jugaría la escolaridad de sus alumnos.

Porque al zoquete el limbo del cero ya le está bien (o eso cree). Es una fortaleza de la que nadie podrá desalojarle. La refuerza acumulando absurdos, la decora con explicaciones que varían según su edad, su humor, su medio y su temperamento: «Soy demasiado tonto», «Nunca lo conseguiré», «El profe no puede ni verme», «Le odio», «Me comen el tarro», etcétera; desplaza la cuestión de la instrucción al terreno de las relaciones personales donde todo se convierte en cosa de susceptibilidades. Algo que también hace el profesor, convencido de que el alumno lo hace adrede. Pues lo que impide al profesor considerar la respuesta absurda un efecto devastador del pensamiento mágico es, muy a menudo, la sensación de que el alumno le está tomando el pelo a conciencia. Entonces el maestro se encierra en su lo particular: «Con este no lo conseguiré nunca».

Ningún profesor está exento de este tipo de fracaso. Guardo de ello profundas cicatrices. Son mis fantasmas familiares, los rostros flotantes de aquellos alumnos a quienes no supe extraer de su lo, y que me encerraron en el mío:
-Esta vez, realmente, no puedo conseguirlo.

De Mal de Escuela / Daniel Pennac. Editorial Mondadori. Barcelona 2008. (Los subrayados son míos)

Fuente de la imagen FlickrCC

miércoles, 25 de marzo de 2009

Premio Limonada 2009

Este blog, pensado como un espacio proto-educativo donde me propongo dejar crónicas de implementaciones y hablar de distancias lingüística, cultural, tecnológica y narrativa entre las prácticas, los discursos y los objetos que interactúan en el sistema educativo; ha sido nominado por Luis Alberto Melograno, creador del blog ¡A pelear se ha dicho!, para el Premio Limonada 2009.

Conocí el blog de Alberto mientras cursaba mi diplomatura y recuerdo haberlo puesto como ejemplo de qué significa enfrentarse con dificultades (Beto hizo el blog para dejar testimonio de su lucha contra un cáncer de colon) y de qué forma en la implementación pueden hacerse mediar las herramientas de la Web 2.0.

Aceptar la nominación requiere nominar a otros cinco blogs, cosa que hice y voy a tratar de fundamentar el porqué:

1.- http://andamiada.blogspot.com/

Andamiada es uno de los blogs de Gabriela Sellart. Trabajo con ella desde hace algo más de dos años. Nos vemos pocas veces, la mayor parte de nuestra interacción es virtual. Es el mejor ejemplo que conozco de reconversión estratégica. Una docente que, tras muchos años de experiencia como tal, un día descubrió las TICs e hizo de ese cambio el eje más importante de su actividad, tanto en su práctica docente como en su propia formación profesional.

2.- http://www.apunteseideas.com

Apuntes e ideas, es un blog de Quique Quagliano. Dice él mismo acerca de su trabajo: Buscamos correr la mirada desde las nuevas tecnologías, tan en boga en la educación hoy, hacia las tecnologías en general, como un intento de recuperar el carácter social y el pensamiento crítico que deberían acompañar a los avances tecnológicos.
Mi nominación para él tiene que ver con esta última parte. Desde que lo conozco he percibido siempre que realmente está muy atento a lo que pueda hacer para recuperar el carácter social y el pensamiento crítico que deberían acompañar a todos los procesos educativos.


3.- http://www.veraicona.blogspot.com/

Verónica Pena es una profe de la generación de recambio a la mía. Me gusta ella. Tiene suficiente paño como para hacer que en su mirada se intersecten la literatura y las artes marciales. Lo que expresa y lo que centra. Una particularísima interpretación de los dos aspectos centrales de la educación, el lenguaje y la disciplina, lo que abraza y lo que sostiene. Aunque escribe varios blogs, elegí Vera Icona (la verdadera Verónica?) porque algunos de los relatos que ha dejado allí me resultan particularmente regocijantes. Mullidamente, como dice ella.


4.- http://veramarina.blogspot.com

Estoy en deuda con Vera Rex, aunque ella ni se lo imagina. En el perfil de su blog -Veramarina- escribe: Soy adicta al mate, curiosa, irreverente, creativa, impaciente, digo la verdad en forma compulsiva. Hablo demasiado. Cuando leí eso, (sobre todo por las dos últimas afirmaciones!) lo primero que me pasó fue pensar: ¡Está hablando de mí!... esto hizo que pusiera atención en lo que escribía en su blog... Cosa que aumentó mi atención, porque, reflejando casi los mismos intereses que los míos, escribe con muchísima más frescura!.
Con estas puertas abiertas, caminé hasta tropezar con un post suyo sobre Daniel Pennac y conocí el libro Mal de escuela, que vino a encajarse en mi vida y desencadenar cosas como si nos hubiésemos estado esperando.
Nominar a Vera, pues, tiene que ver con devolver algo de eso.


5.- http://tizasycompus.wordpress.com/

Diana Laura Caffaratti, explica de su blog: Tizas y Blogs es parte de la experiencia de aula taller que estamos realizando entre colegas del Instituto Divino Salvador para la implementación de las TICs. En realidad este espacio es sólo uno de los muchos que ha generado y mantiene esta hacedora correntina. Yo tengo alguna experiencia en esto de trabajar por difundir el uso de las tecnologías como mediadoras de la educación, en la Argentina Profunda. Sé de lo que se trata. Esto no hace más que acentuar el mérito de Diana ¿Cómo no incluírla en esta lista selecta?

domingo, 22 de marzo de 2009

Nunca lo conseguiré


[...] (La gramática me toca las narices más aún que las mates, señor!) Y así sucesivamente: lo, la lengua inglesa que no se dejaba aprehender; lo, la tecnología que le hartaba como todo lo demás (diez años más tarde le comería el tarro y otros diez años más tarde aún se le atragantaba); lo, los resultados que todos los adultos aguardaban de él en vano; en resumen, lo, todos los aspectos de su escolaridad.

De ahí la aparición del eso, de eso importa un bledo (eso se lo pasa por el forro, pasa de eso, podían meterse eso donde les cupiera, sólo para probar la resistencia de los oídos docentes. Una veintena de años más tarde y eso me toca los cojones acabaría añadiéndose a la lista).

Eso, la constatación diaria de su fracaso.
Eso, la opinión que tienen de él los adultos.
Eso, el sentimiento de humillación que él prefiere convertir en odio a los profesores y en desprecio por los buenos alumnos...

De ahí su negativa a intentar comprender el enorme ello que no sirve para nada, ese permanente deseo de estar en otra parte, de hacer otra cosa, no importa dónde por lo demás y no importa qué cosa.

Su escrupulosa disección de aquel lo reveló a aquellos alumnos la imagen que de sí mismos se hacían: unas nulidades descarriadas en un universo absurdo, y preferían que aquello les importara un huevo, puesto que no vean en ello porvenir alguno.

-Ni en sueños, señor!

No future.

Lo o el porvenir inaccesible.

Sólo que al no ver para tí futuro alguno, tampoco te instalas en el presente. Estás sentado, pues, en tu silla, aunque en otra parte, prisionero del limbo de la lamentación, durante un tiempo que no pasa, una especie de perpetuidad, y harías pagar a cualquiera, y muy cara, esa sensación de tortura. [...]

De Mal de Escuela / Daniel Pennac. Editorial Mondadori. Barcelona 2008.

Fuente de la imagen FlickrCC

domingo, 15 de marzo de 2009

Sólo nosotros podemos...

A todos los que hoy imputan la constitución de bandas sólo al fenómeno de las banlieues, les digo: tenéis razón, sí, el paro, sí, la concentración de los excluídos, sí, las agrupaciones étnicas, sí, la tiranía de las marcas, la familia monoparental, sí, el desarrollo de una economía paralela y los chanchullos de todo tipo, sí, sí, sí... pero guardémonos mucho de subestimar lo único sobre lo que podemos actuar personalmente y que además data de la noche de los tiempos pedagógicos: la soledad y la vergüenza del alumno que no comprende, perdido en un mundo donde todos los demás comprenden.

Sólo nosotros podemos sacarlo de aquella cárcel, estemos o no formados para ello.

Los profesores que me salvaron -y que hicieron de mí un profesor- no estaban formados para hacerlo. No se preocuparon de los orígenes de mi incapacidad escolar. No perdieron el tiempo buscando sus causas ni tampoco sermoneándome. Eran adultos enfrentados a adolescentes en peligro. Se dijeron que era urgente. Se zambulleron. No lograron atraparme. Se zambulleron de nuevo, día tras día, más y más... Y acabaron sacándome de allí. Y a muchos otros conmigo. Literalmente nos pescaron. Les debemos la vida.

De Mal de Escuela / Daniel Pennac. Editorial Mondadori. Barcelona 2008. Gracias a Veramarina

viernes, 6 de marzo de 2009

Escuela y creatividad

¿Para qué estamos educando?
  • Toda la educación es una larga preparación para la educación universitaria.
  • A medida que se avanza en el nivel la educación se empieza a pensar el cuerpo de la cintura para arriba.
  • Los profesores universitarios piensan su cuerpo como un sistema para transportar la cabeza.
  • ...





Gracias Pablo Scarfo por los enlaces!

viernes, 23 de enero de 2009

¿No te gustaría educarlos para que se parecieran a ella?

Educar a alguien no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía. John Ruskin

El 3 de junio de 1992 Severn Suzuki, una niña canadiense de 12 años que a los 10 había fundado ECO (Environmental Childrens Organization) con un grupo de amigos de Vancouver, se desplazó, junto a Vanessa Suttie, Morgan Geisler y Michelle Quigg (todos niños pertenecientes a su organización), desde Canadá hasta la Conferencia de Medioambiente y Desarrollo The Earth Summit celebrada por la ONU en Río de Janeiro, para decirles en la cara, tres o cuatro verdades:

¿Por qué ustedes no hacen lo que nos enseñan a nosotros que debemos hacer?
...Lo que están haciendo con el planeta me hace llorar por las noches...
Si ustedes no saben cómo arreglar el daños que están causando, paren de destruir..


Claro, es sólo una niña de 12 años hablando en la cumbre de los burócratas... Y ya se sabe, los niños y los ancianos no cuentan... Sin embargo, las herramientas tecnológicas permiten que mucha gente conozca estos hechos desde la propia fuente... y que algún otro niño, desde otra parte del planeta, le conteste con otro video.



Los recursos están ahí. Falta que cada día, antes de poner un pie en el aula, te preguntes si de verdad no te gustaría que tu clase de hoy, los ayudara a parecerse un poco más a esta niña... Tu puedes pensar que tu trabajo consiste en asistir a clase, o en hacerles aprender algo que no saben, o en ayudarlos a que se conviertan en alguien que antes no existía.

Aunque nada garantiza el resultado, lo cierto es que gran parte de lo que vaya a suceder, está en tus manos, profe. Eres ni más ni menos que el encargado de abrirles la puerta para que vean el mundo... ¿Qué tan grande podrás abrirla para ellos?

Gracias a Alberto Geremía por acercarme este video.

sábado, 10 de enero de 2009

Lo que haces, no lo que dices


El señor Lerminier, el académico, diserta sobre la incapacidad intelectual del pueblo. El señor Lerminier es un bruto. Pero un bruto no es un tonto ni un indolente. Y nosotros seríamos también brutos si no reconociéramos en sus disertaciones el mismo arte, la misma inteligencia, el mismo trabajo que realizan quienes transforman la madera, la piedra o el cuero. Sólo reconociendo el trabajo del señor Lerminier, podremos reconocer la inteligencia que se manifiesta en la obra de los más humildes.
Jacques Rancière - El maestro ignorante.

domingo, 4 de enero de 2009

Maestro


Quien busca siempre encuentra. No necesariamente encuentra lo que busca, mucho menos, lo que se debe encontrar. Pero encuentra algo nuevo para relacionar con la cosa que él ya conoce. Lo escencial es esta vigilancia continua, esa atención que no se debilita sin que se instale la sinrazón (dominio en el que el sabio se destaca tanto como el ignorante). Maestro es quien mantiene a quien busca en su camino, en donde él es el único que busca y no deja de buscar.

Jacques Rancière - El maestro ignorante.
Los subrayados son míos.